La mañana del 11 de septiembre de 2001, me encontraba aun durmiendo cuando una llama telefónica me despertó, del otro lado de la bocina una voz femenina me decía: ¡¡ya viste la tele atacaron las torres gemelas de Nueva York, esta horrible¡¡¡
De inmediato prendí el televisor y escuche la narración de Jorge Zarza de TV Azteca, un avión se impactó en una de las torres gemelas Word Trade Center, distrito financiero de Nueva York, y las imágenes en vivo de gente corriendo entre el polvo que dejo la destrucción. Por minutos quede pasmado ante lo que ocurría sin saber que la cosa se pondría peor, un segundo avión impacto la otra torre, desatando el infierno y la admiración mundial, al ver en vivo como el avión comercial secuestrado por el grupo terrorista Al Qaeda atravesaba la colosal estructura. Los dos aviones formaban parte de los cuatro aviones que el grupo terrorista había secuestrado, los otros dos se impactaron en el Pentágono y en Pensilvania, aunque su objetivo era el capitolio de La Casa Blanca. La información iba y venía, se comentaba que aviones super caza ya estaban en el aire dispuestos a derribar cualquier avión que se atravesara su espacio aéreo y en tierra, los cuerpos de emergencia, pipas de agua y voluntarios se dirigía a la isla de Nueva York a rescatar heridos. Una escena dramática fue la que muchos mexicanos vimos en televisión cuando varias personas se arrojaron al vacío desde sus oficinas en la parte más alta de las torres para evitar morir quemadas.
Ese día las cadenas televisivas suspendieron sus programas para dar paso a noticias del acontecimiento. “se habla que más aviones están secuestrados y que existe la posibilidad que intenten estrellarlos en edificios emblemáticos” señalaban algunos reporteros. Otro atinaban a decir “se habla que el presidente George Bush se encuentra resguardado en un bunker” y en radio se escuchaba: “Estados Unidos selló la frontera con México para evitar más sorpresas” De este lado familias mexicanas preguntaban por sus seres queridos que trabajaban en las torres y obtenían como respuesta silencio total. El 11-S cuatro aviones comerciales que viajaban desde el noreste de Estados Unidos a Los Ángeles y San Francisco fueron secuestrados en pleno vuelo por 19 terroristas de Al Qaeda. Los secuestradores estaban organizados en tres grupos de cinco secuestradores, y un grupo de cuatro. Cada grupo tenía un secuestrador que había recibido entrenamiento de vuelo y se hizo cargo del control de la aeronave. Su objetivo explícito era estrellar cada avión contra un edificio prominente, causando bajas masivas y destrucción parcial o completa de los edificios atacados. El primer avión de American Airlines se estrelló contra la Torre Norte del complejo World Trade. Diecisiete minutos después, a las 9:03 a. m., la Torre Sur del World Trade Center fue golpeada por el vuelo 175 de United Airlines.
Un tercer vuelo, el vuelo 77 de American Airlines, fue estrellado a las 9:37 a. m. contra el lado oeste del Pentágono. El cuarto y último avión secuestrado fue el vuelo 93 de United Airlines, en dirección a Washington, D. C. Los pasajeros del avión intentaron recuperar el control de la aeronave de los terroristas y, finalmente desviaron el vuelo de su objetivo previsto; se estrelló en un campo cerca de Shanksville, Pensilvania. El acto terrorista dejo casi 3 mil muertos y, a 22 años de distancia aún hay mucha gente que no ha podido ser identificada. La noche del 1 de mayo de 2021 de 2011, Estados Unidos llevo a cabo la operación 'Tridente de Neptuno' en Pakistán para detener a Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda y quien orquesto los ataques terrorista del 11-S. Fue abatido por SEAL de Estados Unidos, una unidad de élite que se preparó para este momento. Sus familiares no quisieron reclamar los resto.