osé Guadalupe Posada, originario de Aguascalientes y precursor del arte mexicano, es reconocido por capturar la esencia de una época turbulenta que anticipaba la Revolución. Nacido el 2 de febrero de 1852 y fallecido el 20 de enero de 1913, Posada utilizó su arte para retratar las desigualdades sociales que marcaban al Porfiriato.

Con sus icónicas “calaveras”, reflejó tanto los pesares como las alegrías del pueblo mexicano, convirtiéndose en un cronista visual de la realidad de su tiempo. Ahora cada otoño Aguascalientes cobra vida con el Festival Cultural de Calaveras, una celebración de la dualidad entre la vida y la muerte que fusiona tradición, arte y humor. El espíritu del festival radica en el legado inmortal de Posada, cuyas calaveras burlonas y provocativas se convierten en protagonistas de esta festividad. A través de su obra, Posada no solo creó imágenes, sino símbolos universales. Entre sus creaciones más emblemáticas se encuentra “La Catrina”, la dama esquelética que, con su sombrero ostentoso, nos recuerda que todos compartimos el mismo destino, independientemente de nuestra posición social.

En el Museo José Guadalupe Posada, los visitantes pueden admirar esta obra junto a otras calaveras que, con un mordaz sentido del humor, reflejan las costumbres y desigualdades de su época. Durante el Festival de Calaveras, las calles de Aguascalientes se transforman en un escenario donde las creaciones de Posada parecen cobrar vida, caminan entre la gente y reflejan la realidad social con una sonrisa traviesa. Obras como la “Calavera del Montón”, que muestra a personajes de todo tipo siendo arrastrados por la corriente de la vida, ilustran la visión crítica de Posada, quien supo plasmar la política y las luchas sociales con humor negro.

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